El pasado 18 de junio tuvo lugar en Bilbao la XIII Escuela Sindical de Verano Pedro Gómez. En esta ocasión la escuela se ha centrado en las consecuencias de una crisis que, a juicio de algunos, parece haber pasado. Sin embargo, conviene no confundir crisis con recesión, y lo cierto es que la mayor parte de la población no comparte esos optimismos que en la reciente campaña electoral han aflorado.

Una crisis que como recalcaba en su intervención Bruno Estrada, adjunto a la Secretaría General de CCOO, hunde sus raíces de manera inequí- voca en una ideología neoliberal que rompía con el pasado del estado de bienestar. Y que, además, pone en el punto de mira al sindicalismo de clase precisamente por ser uno de los elementos esenciales de oposición a las políticas imperantes.

Unas políticas de austeridad como respuesta a una crisis brutal, que en su aplicación han acabado por generar profundos cambios en nuestra sociedad. En este sentido, Patricia Campelo, socióloga y profesora de la UPV-EHU, señalaba que puede afirmarse que “nuestra sociedad ha cambiado, ya no es la misma”. Algo que sin duda entra en la reflexión del sindicato.

Si algo ha quedado de manifiesto es que crisis y austeridad han afectado al conjunto de la población, pero en el caso de las mujeres llueve sobre mojado. Amaia Otaegui, socióloga de la Fundación 1º de mayo, exponía la cruda realidad con cifras en la mano. El resultado de las reformas laborales efectuadas y de la precarización del mercado laboral incide sobre la situación de las mujeres, fuertemente afectadas por la contratación a tiempo parcial, por ejemplo, o por la brecha salarial, sin olvidar los efectos de otras reformas legales con impacto directo. No obstante, Otaegui señalaba una de las fortalezas del sindicato: el trabajo ya realizado en materia de igualdad y la capacidad de incidir a través de la acción sindical y la negociación colectiva.

También en el papel que puede jugar el sindicato en el futuro cercano se centraba Carlos Bravo, secretario de Pro tección Social y Políticas Públicas de CCOO. Entre otras cosas, a través de la Iniciativa Legislativa Popular de Pres tación de Ingresos Mínimos, una propuesta que encaja directamente con el carácter sociopolítico del sindicato, y con efectos muy importantes para un colectivo de personas que actualmente carecen de recursos.

Unai Sordo, Secretario General de CCOO de Euskadi, cerraba la escuela reflexionando precisamente sobre el importante papel que tiene el sindicato en este contexto donde han saltado todas las alarmas sobre la pobreza en nuestra sociedad. Un papel que forma parte de nuestra identidad, como lo es la apuesta por la negociación colectiva, y que hay quien pretende coartar. Unai Sordo ponía en valor también la importancia de acciones como esta escuela sindical para garantizar una reflexión necesaria.